Destrucción repentina

Published: 8/3/11 a las 4:15PM
Zulay Ortiz
Escritor

AOL Noticias

Los dueños de los botes relataron a los medios como al despertar, se encontraron con una alfombra de pequeños peces plateados que rodeaban sus embarcaciones, explicó Staci Gabrielli, coordinadora de la Marina King Harbor en el condado de Los Ángeles.

La inusual mortandad de millones de sardinas, anchoas y macarenas ocurrió en Redondo Beach.

"No tenemos idea de qué sucedió aquí", declaró el portavoz de Juegos y Pesca, Andrew Hughan. "Hay miles y miles y miles de peces"

Aunque aún no se sabe que pudo haber provocado la muerte de los peces; Gabrielli explicó a la prensa que estos pudieron haber sido alcanzados por una "marea roja", que no es más que un brote de algas tóxicas que puede envenenar a los peces o dejarlos sin oxigeno.

La acumulación de peces era tal, que muchas personas no pudieron sacar sus botes de la marina.

"Tenemos que deshacernos de ellos," fueron las palabras del sargento de la policía de Redondo Beach, Phil Keenan, al periódico Daily Breeze. "Esto va a crear una contaminación terrible y problemas de salud si no actuamos con rapidez.

Por su parte las autoridades aseguraron no tener conocimiento alguno de "marea roja" en el lugar u otra situación que hubiera podido acabar con los peces.

"Ayer todo parecía absolutamente normal", dijo Walter Waite al Daily Breeze, quien vive a bordo de su barco en la marina y ..."esta mañana cuando me levanté había millones de peces muerto flotando por todos lados".

Las autoridades pertinentes, estatales y locales investigan el misterioso acontecimiento.
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Nota dezpierta: Los movimientos políticos globales están siendo rápidos. Monarquías y dictaduras de varias décadas están cayendo como cayeron las imponentes Torres Gemelas.

Es difícil entender el objetivo completo de esta revolución islámica pero el efecto inmediato es el alza de los precios de combustible y el consiguiente aumento del precio de todo lo demás, incluidos los alimentos.

La crisis, posiblemente, se agudizará ahora hasta puntos insospechados para la población.

Pero fuimos avisados y estamos siendo avisados ahora. El sistema se desmorona para dejar paso al Nuevo Orden Mundial satánico capitaneado por la Gran Ramera y los diez reyes que entregarán su poder a la bestia (Apoc. 17), es decir el Vaticano y la élite.

"Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades". (Apocalípsis 18:2-5)

Podría parecer que esta crisis ha sido provocada por la élite para la implantación de un sistema totalitario, simplemente por apetencia de estos líderes sin corazón. Pero esto, quizás, va mucho más allá de lo que nos imaginamos.

¿Podría haber seguido existiendo el sistema capitalista tal y como estaba por mucho más tiempo? Posiblemente sí. Pero los seguidores de Satanás conocen que se avecinan tiempos angustiosos (¿por qué si no habrían construido bunkers por todo el planeta con toda la diversidad de semillas del mundo?) y han pretendido ocultarlo para que no estorbemos sus planes de salvación exclusivista. Porque saben que pronto vendrá destrucción repentina y pretenden estar a cubierto.

Y me llama la atención poderosamente el testimonio que dice:"Ayer todo parecía absolutamente normal y esta mañana cuando me levanté había millones de peces muerto flotando por todos lados".

"Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón". (1ª Tesalonicenses 5:2-4)

"Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina". (2ª Pedro 2:1)

"Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente". (Isaías 30:12-13)

Esta caída del sistema pretende ser una demolición controlada de Babilonia, con la intención de evitar que les caiga sobre sus cabezas, para comenzar a construir, tras el "gran terremoto" en todos los sentidos, un sistema que les beneficie aún más y que les permita no perder su privilegiada posición.

Pero los juicios de Dios no entienden de búnkers ni de escondites, los jucios de Dios los alcanzarán allá donde estén. Claro que ellos han sido astutamente engañados por su dios, el Engañador, para que crean que existe una escapatoria.

Volcanes, terremotos, muertes masivas... nos anuncian que viene algo que se escapa de nuestras manos, que no podemos controlar porque ni siquiera lo entendemos. La única salvación es seguir a Jesús y manchar los dinteles de nuestras puertas con la sangre del Cordero, como hicieron los israelitas en Egipto. No edificando búnkers.

La única salvación está en la aceptación del Sacrificio de Jesús como exclusiva garantía de salvación eterna. Por cierto, es gratis.

La idea más inteligente, después de aceptar a Cristo como nuestro Salvador, sería empezar a abandonar las ciudades, pronto será algo imposible.

¿Quieres más pruebas? Más tarde puede ser demasiado tarde (valga la redundancia).

Que Dios te bendiga.