El Senador de Colorado Ken Buck no está de acuerdo con concepto de la separación de Iglesia y Estado
"No fue escrito en la Constitución. Si bien tenemos una Constitución que es muy fuerte en el sentido de que no va a tener una religión establecida por el gobierno, eso no quiere decir que tenemos que tener una separación entre el gobierno y la religión. Así que, me preocupa mucho. "
Fue en la carta de Thomas Jefferson a Danbury, CT Bautista donde la frase "muro de separación entre Iglesia y Estado" se utilizó para explicar el concepto de la Primera Enmienda.
Creyendo como ustedes que la religión es un asunto que compete exclusivamente entre el hombre y su Dios, que no le debe cuentas a nadie por su fe o su culto, que los poderes legales del gobierno alcanzan acciones únicamente, y no opiniones, contemplo con soberana reverencia el acto de todo el pueblo americano, que declaró que su legislatura "no hará ninguna ley respecto al establecimiento de religión, o prohibirá su libre ejercicio", levantando así un muro de separación entre Iglesia y Estado.
Esta no es la única incursión en el territorio inconstitucional de Buck .
En la sesión del Tea Party del 12 de julio, Buck dijo que "el materialismo que se está desarrollando en este país es un concepto muy aterrador."
NOTA: Estos dos principios (no rey y no papa) de este gobierno han granjeado también la admiración de todos los que aman la justicia en todas las naciones, y han llevado a sus playas desde el Viejo Mundo, multitudes de oprimidos y amantes de la libertad. Estos principios son la absoluta igualdad o fraternidad de los hombres y la perfecta libertad de elección en cuanto a creer o no creer en asuntos religiosos.
El primero se expresa en pasajes como éstos: “Dios ... de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres” (Hechos 17:26), y “Uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos” Mateo 23:8. El segundo, por estas palabras: “El que oyere mis palabras, y no las creyere, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.” Juan 12:47. “Dios no hace acepción de personas.” Véase también Juan 18:36; Mateo 20:25-28; Lucas 9:51-56; 2 Corintios 1:24; 5:11, 20.
La obra de los ministros de Cristo no consiste en obligar, sino en ganar; no en ordenar sino en persuadir y rogar. Unicamente una religión sobre toda la faz de la tierra reconoce los principios de la igualdad de los hombres y la absoluta libertad de la voluntad, sin compulsión. Unicamente una nación importante sobre toda la faz de la tierra ha encarnado alguna vez en la constitución de su existencia y los principios de su gobierno estas dos características, y esta nación es la de los Estados Unidos de Norteamérica.
La igualdad del hombre se presenta así en la declaración de la independencia: “Tenemos por verdades evidentes de por sí: Que todos los hombres son creados iguales; que están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad.” La libertad religiosa se presenta en la primera enmienda de la constitución: “Ninguna ley promulgará el Congreso respecto del establecimiento de la religión, o que prohiba el libre ejercicio de ella; o cercene la libertad de palabra o de prensa; o el derecho de reunión pacífica.”
Estos principios cristianos limitan el símbolo de la bestia de dos cuernos a los Estados Unidos. Los cuernos como de cordero y la voz de dragón del símbolo indican una extraña contradicción entre lo que profesa ser y lo que practica la nación así representada. El “hablar” de la nación son los actos de sus autoridades legislativas y judiciales. Por esos actos la nación desmentirá los principios liberales y pacíficos que expresó como fundamento de su política. La predicción de que hablará “como dragón” y ejercerá “toda la autoridad de la primera bestia,” anuncia claramente el desarrollo del espíritu de intolerancia y persecución de que tantas pruebas dieran las naciones representadas por el dragón y la bestia semejante al leopardo. Y la declaración de que la bestia con dos cuernos “hace que la tierra y los que en ella habitan, adoren a la bestia primera,” indica que la autoridad de esta nación será empleada para imponer alguna observancia en homenaje al papado.
Semejante actitud sería abiertamente contraria a los principios de este gobierno, al genio de sus instituciones libres, a los claros y solemnes reconocimientos contenidos en la declaración de la independencia, y contrarios finalmente a la constitución. Los fundadores de la nación procuraron con acierto que la iglesia no pudiera hacer uso del poder civil, con los consabidos e inevitables resultados: la intolerancia y la persecución. La constitución garantiza que “el congreso no legislará con respecto al establecimiento de una religión ni prohibirá el libre ejercicio de ella,” y que “ninguna manifestación religiosa será jamás requerida como condición de aptitud para ninguna función o cargo público en los Estados Unidos.” Sólo en flagrante violación de estas garantías de la libertad de la nación, es cómo se puede imponer por la autoridad civil la observancia de cualquier deber religioso. Pero la inconsecuencia de tal procedimiento no es mayor que lo representado por el símbolo.
Cuando las iglesias principales de los Estados Unidos, uniéndose en puntos comunes de doctrina, influyan sobre el estado para que imponga los decretos y las instituciones de ellas, entonces la América protestante habrá formado una imagen de la jerarquía romana, y la inflicción de penas civiles contra los disidentes vendrá de por sí sola.
El Conflicto de los Siglos, Página 439
Nota dezpierta: Como dice el título, comienzan los desacuerdos en cuanto a la actualidad de la constitución, en cuanto a la separación de la Iglesia y el Estado.
A diferencia del resto de países del mundo, los EEUU fueron fundados con la clara intención de escapar a la inquisitoria moral y política religiosa del catolicismo y sus derivaciones. Por ejemplo, no fue hasta 1975, con la muerte de Franco, que en España se pudo vislumbrar un futuro en el que la Iglesia Católica sería apartada de la política, aunque ese vislumbre solo fuera un espejismo, ya que, a pesar de pavonearse como Estado Laico, seguimos rindiendo pleitesía y dándo nuestro dinero al clero, y cada año más.
Después del arrebato progresista y ateo que ha tenido occidente, por el efecto péndulo, volvemos de vuelta al conservadurismo y EEUU no va a ser menos. ¿Alquien duda de que, si no cambian las cosas, ganará la presidencia el partido republicano con el Tea Party a la cabeza?
Pronto veremos, como despues de crear la necesidad de volver a la religión, mediante el apoyo al ateísmo más profundo y la cultura del placer y del vicio, los partidos conservadores tratarán de borrar la delgada línea de separación entre gobierno y religión, y los países occidentales volverán a vivir la persecución moral, como ya lo están viviendo en algunas regiones de Italia, pero en cosas mucho más trascendentales que llevar una minifalda o comer helado en la playa.
Jesús vuelve pronto. Que Él os bendiga.
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